16.7.09
La palabra y el amor

La palabra “amor” debe ser una de esas “cosas” que más cuesta explicar, pero sin dudas se trata de uno de los temas más conversados entre los seres humanos. Quizá también entre los animales, pero hoy somos incapaces de comprender su lenguaje, no tanto por incapacidad intelectual sino más bien porque no tenemos la sensibilidad de concebirlos como seres dignos de respeto y cuidado. Claro que no pienso definir yo qué es el amor, pues dejaría de tener ese misterio que tanto nos atrapa: cuando se determina qué es el amor, se esta matando aquello que se quiere definir, se nos cierra la posibilidad de dejar de explicarlo para comenzar a vivirlo, hacerlo carne.

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Recuerdo un libro que leí hace poco llamado “Alta rotación”, donde a través de unas crónicas muy bien escritas, Laura Meradi (la autora) relata su experiencia en diversos trabajos precarios. Allí en el prólogo, cuenta que sólo pudo relatar aquellas marcas que quedaban en su cuerpo y en el de sus compañeros de trabajo; esto no era ninguna metáfora inocente sino que me estaba indicando algo más. Luego tuve la oportunidad de entrevistar a Laura, y me dijo algo así como que la escritura es una puesta en juego del cuerpo, “la prepotencia del trabajo”, como diría Arlt. Ahora pienso que tal vez eso sea “el amor”, poner el cuerpo, vivirlo y no explicarlo como si fuera un objeto…claro, que contradictorio, yo mismo estoy escribiendo sobre el amor y afirmo que no hace falta nombrarlo o explicarlo sino más bien sentirlo. Pero en fin, la contradicción es una característica básica de aquél y como dijo alguna vez Sarmiento (un ser poco representativo de lo que nos imaginamos que es el amor), a las contradicciones hay que contradecirlas

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¿Pero de qué manera? ¿Cómo evitar pensar y dejar fluir al amor aún corriendo el riesgo de que nos lastime? Un nuevo problema nos acecha: aquello que nos hace feliz también nos puede lastimar, pero quizá se trate de ir definiendo en ciertos momentos cuando detenerse a pensar y cuando dejar que las fantasías se manifiesten. Quizá se trate de saber andar con el tiempo, con el espacio, de hacerse amigo del mundo y de los otros…del Otro.

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Me voy a jugar, voy a contradecirme y definir el amor como aquello que me muestran los otros, lo que aflora en cada momento de aparente detención y de fluidez. Voy a definirlo como la persona en la que pienso ahora y la que quizá mañana deje de ser motivo de tantos deseos y fantasías hermosas. Es esa chica que quizá el tiempo diga que no era lo que pensaba, porque en realidad todavía es desconocida para mí. El amor es entonces el libro, la escritura, la chica, lo que habla más allá de las letras, lo que repone el lector y lo que dejo en silencio para que en los márgenes se vea aquello que no puedo nombrar porque todavía desconozco…el amor es la falta, lo que estoy sintiendo ahora.


Santi

 
posted by Santiago Mazzuchini at 03:16 | Permalink |


1 Comments:


  • At 5:09 a.m., Blogger Ainat Fees

    Qué bueno es sentirlo, marcharnos de este mundo habiéndolo experimentado; sufriendo, riendo, sabiendo amar, aprendiendo a amar, rozando la añoranza, volviendo a la niñez, retomando historias pasadas, reviviendo el presente, asustándonos ante lo desconocido, intuyendo conocer demasiado, vendándonos los ojos, sintiendo la penumbra, volando con la imaginación, saboreando el cuerpo, clamando el alma, muriendo por dentro, sonriéndole al corazón...
    ( me ha gustado tu descripción que habla poco de mucho)