8.5.07
Un punto final (el punto final)
Las palabras habían vuelto a danzar en aquellos renglones inamovibles, rectos y necesarios. Aquél título que las regiría estaba ausente, pues él esperaba ansioso el final de aquél texto. Chocó su cabeza contra la mesa, no sabía cómo seguir su historia, no la tenía muy clara tampoco. Él pensaba en un hombre como él escribiendo un cuento, y que de pronto alguien le clavaría un cuchillo en la nuca. El problema era idear, tramar qué pasaría en el medio...bien, tenemos a un escritor, luego viene alguien y lo mata...¡Perfecto! pero había que pensar en la inventiva de las situaciones que llevarían a todo eso (de pronto pensó en lo bellas que son las palabras). No fue demasiado al fin y al cabo lo que tardó en pensar, pues era un escritor compulsivo, aunque sea mentira que la escritura, a veces, esté despojada de toda racionalidad.
Pensó que mejor terminaría el texto, iría a buscar un café amargo a la cocina y entonces un individuo desconocido (no había decidido el género), le clavaría un puñal en la espalda.
Y efectivamente eso fue lo que pasó, o casi, ya que en realidad lo sorprendieron cuando apenas terminó de escribir. Y cuando su cabeza se estampó sobre las hojas y la sangre comenzó a chorrear alrededor de su oreja izquierda, agonizó pensando en que ése final había sido literario. Pues qué mejor para un escritor que morir escribiendo... qué mejor que haberse adelantado a la muerte en una hoja, hoja donde quedaría la evidencia de que anticipó a la realidad con un punto soberbio, con un verdadero punto final.

Santi
 
posted by Santiago Mazzuchini at 02:43 | Permalink |


10 Comments:


  • At 12:27 a.m., Blogger Natalia J.

    zarpado en bueno!!!

    muy borgeano lo tuyo, como siempre, pero cada vez más con tu toque personal. Te felicito!!
    ( veni a buscar los libros porque te los vendo!)

    un besote!!!

     
  • At 7:17 p.m., Anonymous Anónimo

    Muy bien. Muy Muy bien. Otro ejemplo de que la realidad es una asesina cronometrada.

    Me ha gustado mucho.
    Besos

     
  • At 11:28 p.m., Anonymous Anónimo

    Sin duda, lo tengo abandonado, que paso chiko como nos divertiamos antes. Hay que ir a tomar un cafe con leche y hablar de la menopausia de la ciudad. La retorica violenta es un ejercicio de a dos. Lo mejor de todo es que cada vez que subo a un taxi me acuerdo jajajj de ese chiste, ya tan lejano.
    Un beso enorme
    Luz

     
  • At 11:10 p.m., Anonymous Anónimo

    Paso a dejar mi huella tmb..el chico que me conquisto con un osito en sus manos y una cara de frustrado...**SANT!!no dejes que la escritura te ponga fin ja!
    Lindo cuentito...

     
  • At 9:33 p.m., Anonymous Anónimo

    Ahora sabemos lo que realmente quisiste poner con "Un punto final (el punto final)"

    en fin...

    XD

     
  • At 4:13 p.m., Anonymous Anónimo

    sr Retorico violento: Lo invito a leer y degustar un maravilloso cuento de otoño.
    te quiere
    Luz

     
  • At 11:03 a.m., Anonymous Anónimo

    Vuelvo a leer tu cuento, y me acuerdo de las conversaciones pasadas, acerca de todo lo que vuelve.
    POner un punto final es dificil, porque cuando uno lo pone en una hojita, esta ahi inocente y seguro, pero a veces, la existencia te calza un microscopio y ves que el punto final en realidad es un cúmulo de palabras que no se han dicho aún.
    Asique desde donde lo veo, y tal como lo plasmas vos, e punto final es una muerte simbolica (o bien material, como pasa en tu cuento).

    Besote
    www.fotolog.net/esgabysmo

     
  • At 11:04 a.m., Anonymous Anónimo

    Che lo anterior no quedo claro. Bueo, despues te cuento que quise poner
    jejej. Es lunes

     
  • At 9:48 a.m., Anonymous Anónimo

    http://www.literatura.org/Cortazar/Continuidad.html
    Te suena ¿no?

     
  • At 3:57 p.m., Blogger Santiago Mazzuchini

    Anónimo me suena tanto que de hecho me basé en ese cuento de Cortazar, es mi favorito. Bien rastreada la condición de producción.
    Saludos