Quienes tuvieron la osadía de colocar en el cielo lo infinito nos han dejado un legado: Una costumbre de observar con ojos perdidos... perdidos como en un laberinto infinito. El cielo está abierto a nosotros como lo inalcanzable, como lo divino y eterno.¿Repetiré que allí no hay puertas secretas ni paredes confusas? solo un laberinto infinito que se posa con claridad ante nosotros. Es allí donde todo se observa como reflejo , como lo inexplicable de nostros mismos.Dentro nuestro existe un cielo propio, abierto y con aparente claridad ¿Pero donde termina? Ahí está su ironía , tan claro es su principio como su final...es donde nuestros ojos pueden ver;más allá de eso no hay nada, o mejor dicho hay todo por descubrir.Allí frente a nuestra mirada atónita está lo que no podemos ver , lo que ignoramos y añoramos , justamente porque lo desconocemos...allí esta el cielo , tan inexpicable y confuso; tan contradictorio como este texto...

Santi